A continuación se presentan algunos hallazgos clave de recientes ensayos de variedades independientes que resaltan el aumento continuo de la productividad del trigo:
1. Potencial de rendimiento:
- Las variedades modernas de trigo tienen un potencial de rendimiento significativamente mayor en comparación con los cultivares más antiguos. Ensayos recientes han demostrado que algunas variedades modernas producen más de 12 toneladas por hectárea (t/ha), lo que es considerablemente más alto que el rendimiento promedio logrado hace apenas unas décadas.
2. Tolerancia al estrés:
- Los programas de mejoramiento de trigo se han centrado en desarrollar variedades que puedan tolerar diversos tipos de estrés abiótico, como la sequía, el calor y la salinidad. Las variedades con mayor tolerancia al estrés permiten a los agricultores cultivar trigo en entornos desafiantes, reduciendo las pérdidas de rendimiento y aumentando la productividad general.
3. Resistencia a enfermedades:
- Ensayos independientes han demostrado que las variedades modernas de trigo poseen una mayor resistencia a las enfermedades, en particular contra enfermedades prevalentes como la roya, el mildiú polvoriento y la tiña foliar por septoria. Esto reduce la necesidad de tratamientos químicos intensivos y ayuda a los agricultores a producir cultivos más saludables con un impacto mínimo de las enfermedades.
4. Rasgos de calidad:
- Además del rendimiento y la tolerancia al estrés, los ensayos de variedades evalúan otros rasgos de calidad, como el contenido de proteína del grano, la fuerza del gluten y las características de molienda y horneado. La disponibilidad de variedades con las características de calidad deseadas permite a los agricultores satisfacer demandas específicas del mercado y satisfacer diferentes preferencias de los consumidores.
5. Adaptación a diversos entornos:
- Los ensayos de variedades de trigo se realizan en diferentes regiones geográficas con diversos climas y condiciones de crecimiento. Esto ayuda a identificar variedades que están bien adaptadas a entornos específicos, asegurando que los agricultores puedan seleccionar variedades que funcionen de manera óptima en sus condiciones locales.
Estos hallazgos subrayan los continuos avances en el mejoramiento del trigo y la dedicación de los investigadores para desarrollar variedades de alto rendimiento, tolerantes al estrés y resistentes a las enfermedades. Como resultado, los agricultores tienen acceso a material genético mejorado, lo que contribuye a una mayor productividad, sostenibilidad y seguridad alimentaria en la producción de trigo en todo el mundo.