El estudio, publicado en la revista Molecular Plant-Microbe Interactions, encontró que el tratamiento de plantas con la bacteria probiótica Bacillus subtilis aumentaba la producción de hormonas vegetales llamadas ácido salicílico y ácido jasmónico. Estas hormonas participan en la regulación de la inmunidad de las plantas y la defensa contra patógenos.
"Nuestro estudio proporciona nuevos conocimientos sobre los mecanismos mediante los cuales los probióticos pueden mejorar la inmunidad de las plantas", dijo el autor principal del estudio, el Dr. Harsh Bais, profesor de patología vegetal en NC State. "Descubrimos que los probióticos pueden interactuar directamente con las raíces de las plantas y desencadenar respuestas inmunitarias que conducen a una mayor resistencia a las enfermedades".
Los investigadores trataron Arabidopsis thaliana, una pequeña planta con flores que se utiliza a menudo como organismo modelo en biología vegetal, con Bacillus subtilis. Luego expusieron las plantas a la bacteria patógena Pseudomonas syringae, que causa una enfermedad de las manchas foliares.
Los investigadores descubrieron que las plantas tratadas con Bacillus subtilis eran más resistentes al patógeno que las plantas no tratadas. También encontraron que las plantas tratadas producían niveles más altos de ácido salicílico y ácido jasmónico.
"Estos hallazgos sugieren que los probióticos pueden usarse como un enfoque sostenible y ecológico para mejorar la inmunidad de las plantas y la protección de los cultivos", dijo Bais. "Este enfoque podría reducir la necesidad de pesticidas químicos y antibióticos, que pueden tener impactos negativos en el medio ambiente y la salud humana".
Actualmente, los investigadores están investigando el potencial del uso de probióticos para mejorar la resistencia de los cultivos a otras enfermedades. También están trabajando para identificar los factores específicos producidos por los probióticos que son responsables de desencadenar las respuestas inmunes de las plantas.
"En última instancia, nuestro objetivo es desarrollar formulaciones probióticas que puedan aplicarse a los cultivos en el campo para mejorar su resistencia a plagas y enfermedades", dijo Bais. "Esto podría conducir a un aumento del rendimiento de los cultivos y una menor dependencia de pesticidas químicos, beneficiando a los agricultores, los consumidores y el medio ambiente".