Una vez que la herida ha formado una costra, las células granulares comienzan a producir un nuevo tipo de célula de la piel llamada queratinocito. Los queratinocitos migran al sitio de la herida y comienzan a producir queratina, una proteína que también se encuentra en las uñas y el cabello humanos. La queratina ayuda a fortalecer la piel nueva y a protegerla del daño.
Todo el proceso de curación de heridas en las ranas suele tardar unas dos semanas. Una vez que la herida ha sanado, generalmente no quedan cicatrices visibles. Esto se debe a que las nuevas células de la piel que se producen son muy similares a las células de la piel originales.
La capacidad de las ranas para curar sus heridas sin dejar cicatrices es un ejemplo notable del poder de la curación natural. Actualmente, los científicos están estudiando el proceso de curación de heridas en ranas con la esperanza de desarrollar nuevos tratamientos para la curación de heridas en humanos.