Los biocombustibles celulósicos se elaboran a partir de partes no comestibles de plantas, como el pasto varilla, el miscanto y el rastrojo de maíz. Estos cultivos se pueden cultivar en tierras marginales, lo que significa tierras que no son aptas para cultivos alimentarios. Esto puede ayudar a reducir la competencia por los recursos alimentarios y hídricos.
El estudio de Argonne, publicado en la revista Environmental Research Letters, utiliza un enfoque de análisis de sistemas para identificar las mejores ubicaciones para el cultivo de biocombustibles celulósicos. El análisis tiene en cuenta una variedad de factores, incluida la disponibilidad de tierra, la calidad del suelo, el clima y la infraestructura de transporte.
El estudio encuentra que existen importantes oportunidades para el cultivo de biocombustibles celulósicos en las regiones del Medio Oeste y Sudeste de los Estados Unidos. Estas regiones tienen una gran cantidad de tierras marginales, condiciones climáticas y de suelo adecuadas y una infraestructura de transporte bien desarrollada.
El cultivo de biocombustibles celulósicos en estas regiones podría crear empleos, estimular el crecimiento económico y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El estudio estima que plantar sólo 1 millón de acres de cultivos de biocombustibles celulósicos podría crear hasta 1.500 puestos de trabajo y 50 millones de dólares en actividad económica.
"Nuestro estudio proporciona una hoja de ruta para los productores interesados en cultivar biocombustibles celulósicos", dijo Daniel De La Torre Ugarte, científico ambiental de Argonne y autor principal del estudio. "Hemos identificado los mejores lugares para cultivar estos cultivos y también hemos demostrado cómo pueden beneficiar a la economía y la comunidad locales".
El estudio es parte de un esfuerzo más amplio del DOE para apoyar el desarrollo de biocombustibles sostenibles. Los biocombustibles son una parte importante de la cartera de energía limpia del país y pueden ayudar a reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero.
"Este estudio es un recurso valioso para los productores interesados en cultivar biocombustibles celulósicos", dijo Robert Wagner, director interino de la Oficina de Tecnologías de Bioenergía del DOE. "Estamos comprometidos a apoyar el desarrollo de biocombustibles sostenibles y este estudio es un paso en esa dirección".