Según un nuevo estudio, el ADN antiguo de individuos que vivieron en los Andes hace miles de años ha revelado distintas adaptaciones a la agricultura y a la gran altitud.
El estudio, publicado en la revista Science, analizó los genomas de 25 individuos de los Andes, a lo largo de un período de más de 8.000 años. Los resultados mostraron que los andinos tenían varias adaptaciones genéticas que les ayudaron a sobrevivir en las duras condiciones de las montañas, incluida la capacidad de respirar eficientemente a gran altura y de digerir plantas con alto contenido de almidón.
"Estas adaptaciones permitieron a los andinos prosperar en un entorno muy diferente de aquel en el que habían evolucionado", dijo el autor principal, el Dr. Nathan Wales, de la Universidad de Adelaida.
Una de las adaptaciones más importantes fue una mutación en el gen EPAS1, que participa en la regulación de la respuesta del cuerpo a los niveles bajos de oxígeno. Esta mutación permitió a los andinos absorber más oxígeno del aire, lo cual era esencial para sobrevivir en altitudes elevadas.
Otra adaptación fue una mutación en el gen SLC2A1, que participa en el transporte de glucosa de la sangre a las células. Esta mutación permitió a los andinos digerir mejor las plantas con alto contenido de almidón, como las patatas y la quinua.
Estas adaptaciones probablemente fueron el resultado de la selección natural, ya que los individuos que las poseían eran más capaces de sobrevivir y reproducirse en el ambiente andino.
El estudio proporciona nuevos conocimientos sobre la historia genética de los andinos y cómo se adaptaron a su entorno. También tiene implicaciones para comprender cómo otras poblaciones de todo el mundo se han adaptado a diferentes entornos.
"Nuestro estudio destaca la importancia de la adaptación genética en la evolución humana", dijo el Dr. Wales. "Muestra cómo los humanos han podido adaptarse a una amplia gama de entornos, desde los trópicos hasta el ártico".