Los investigadores, de la Universidad de California, Berkeley, estudiaron cómo las células se autoorganizan en tejidos. Descubrieron que dos propiedades clave de las células (su adhesión entre sí y su capacidad para cambiar de forma) determinan cómo se forman los tejidos.
Cuando las células son fuertemente adhesivas, tienden a formar superficies lisas y continuas. Cuando las células son débilmente adhesivas, tienden a formar cúmulos o racimos.
Las células que pueden cambiar de forma pueden moverse y deformarse más fácilmente, lo que les permite formar estructuras más complejas. Las células que no pueden cambiar de forma tienen más probabilidades de formar estructuras simples y regulares.
Los investigadores creen que estos hallazgos podrían ayudar a los científicos a diseñar nuevas formas de cultivar tejidos para trasplantes y tratar enfermedades que afectan la forma en que se forman los tejidos.
Por ejemplo, los científicos podrían utilizar estos hallazgos para diseñar estructuras que ayuden a las células a autoorganizarse en las estructuras tisulares deseadas. Estos andamios podrían usarse para cultivar tejidos para trasplante, como huesos y cartílagos.