La técnica utiliza una combinación de microscopía de fluorescencia y espectroscopia Raman. La microscopía de fluorescencia se puede utilizar para detectar microplásticos en muestras de agua, mientras que la espectroscopia Raman se puede utilizar para identificar el tipo de plástico. Esto permite a los investigadores rastrear el movimiento de los microplásticos a través de la cadena alimentaria e identificar las fuentes de contaminación por microplásticos.
Los investigadores probaron la técnica en una variedad de especies de peces, incluida la caballa, el arenque y el abadejo. Descubrieron que había microplásticos en los estómagos de todas las especies de peces analizadas y que la concentración de microplásticos aumentaba con el tamaño del pez. Esto sugiere que los peces más grandes tienen más probabilidades de ingerir microplásticos y que los microplásticos pueden transferirse a través de la cadena alimentaria.
Los investigadores dicen que la nueva técnica podría usarse para identificar las fuentes de contaminación por microplásticos y rastrear el movimiento de los microplásticos en el medio ambiente. Esta información podría ayudar a desarrollar estrategias para reducir la contaminación por microplásticos y proteger la vida marina.
El estudio se publica en la revista Environmental Science &Technology.