- Niveles de agua reducidos resultará en menos espacio de hábitat y menos alimento para los salmones juveniles.
- Temperaturas del agua más altas reducir sus niveles de oxígeno y aumentar su susceptibilidad a las enfermedades.
- Mala calidad del agua causada por la sequía también puede dañar al salmón.
La sequía puede provocar la muerte de huevos y juveniles de salmón, reducción de la supervivencia de los adultos y disminución de la población.
- La sequía puede provocar una disminución del caudal de los ríos y crear barreras a la migración de los salmones adultos que regresan a sus arroyos natales.
- Los bajos niveles de agua también pueden concentrar al salmón en áreas más pequeñas, haciéndolos vulnerables a los depredadores y la competencia.
- Las temperaturas más cálidas del agua pueden provocar que el salmón se estrese, reduzca su capacidad para alimentarse y desarrolle enfermedades.
- El agua más cálida también contiene menos oxígeno disuelto, lo que dificulta la respiración del salmón.
- La sequía puede reducir la cantidad de zooplancton y otras fuentes de alimento para los salmones juveniles.
- Esto puede provocar desnutrición, crecimiento reducido y mayor susceptibilidad a los depredadores.
- El estrés relacionado con la sequía puede hacer que el salmón sea más susceptible a enfermedades como la enfermedad renal bacteriana (BKD), Ichthyophthirius multifiliis (Ich) y Ceratomyxa Shasta (Ceratomyxosis).
- Las reducciones de hábitat inducidas por la sequía pueden obligar a diferentes especies de salmón a competir por alimentos y espacio limitados.
- Los niveles reducidos de agua también pueden hacer que el salmón sea más vulnerable a los depredadores, como aves y mamíferos.
La sequía representa una amenaza importante para la supervivencia y recuperación de las poblaciones de salmón de California en peligro de extinción. Las sequías prolongadas y severas pueden causar disminuciones sustanciales de la población e impedir los esfuerzos de conservación.
Las estrategias de gestión del agua que priorizan los flujos internos y la conservación del hábitat durante la sequía son fundamentales para la protección a largo plazo de estos peces icónicos.