En primer lugar, el término "Paleo" abarca un amplio período de evolución humana, desde hace aproximadamente 2,6 millones de años hasta hace unos 10.000 años. Durante este período, los humanos habitaron diversas regiones del mundo y se adaptaron a una amplia gama de entornos. Como tal, sus dietas variaban considerablemente según la disponibilidad de fuentes de alimentos locales. En comparación, la dieta Paleo moderna a menudo sugiere un enfoque único, que potencialmente pasa por alto las adaptaciones nutricionales que desarrollaron poblaciones específicas en respuesta a sus entornos únicos.
Además, la evidencia arqueológica sugiere que la dieta humana antigua no estaba compuesta exclusivamente de carne y plantas. Si bien la caza y la recolección eran componentes importantes de su subsistencia, también consumían otros alimentos como pescado, mariscos, nueces, semillas, frutas e incluso insectos. Las proporciones relativas de estos diferentes alimentos en sus dietas habrían dependido de factores como la geografía, el clima y la estación. La dieta Paleo moderna, por otro lado, normalmente pone un gran énfasis en el consumo de carne y puede restringir otros grupos de alimentos, desviándose potencialmente de la diversidad observada en las dietas antiguas.
Es importante señalar que nuestra comprensión de las dietas humanas antiguas se basa en evidencia arqueológica fragmentaria e interpretaciones científicas, lo que deja algunos aspectos abiertos al debate. Sin embargo, sigue siendo crucial reconocer la complejidad y diversidad de las dietas prehistóricas, en lugar de generalizarlas en una noción simplificada de una única dieta "Paleo".