Algunos estudios sugieren que los perros pueden aprender una pequeña cantidad de palabras (por ejemplo, de 10 a 20 palabras) en un período relativamente corto, como unas pocas semanas o meses, especialmente si se emplean técnicas de refuerzo positivo y un entrenamiento constante. En estos casos, los perros pueden aprender a diferenciar entre palabras habladas y asociarlas con elementos o actividades específicas.
Sin embargo, aprender un vocabulario extenso y comprender rápidamente el significado de nuevas palabras es relativamente más desafiante para los perros en comparación con los humanos o incluso con otras especies como los loros o los delfines. Las investigaciones han demostrado que, si bien los perros pueden comprender señales contextuales específicas vinculadas a ciertas palabras, como asociar la palabra "caminar" con dar un paseo, su comprensión del lenguaje suele estar en un nivel concreto y dependiente del contexto.
Es esencial recordar que los perros dependen principalmente de señales no verbales, incluido el lenguaje corporal, las expresiones faciales y los olores, para comunicarse y comprender a sus compañeros humanos. Sus capacidades de comprensión del lenguaje no alcanzan el mismo nivel de complejidad que el lenguaje humano.