Izquierda:Imagen en falso color de la zoospora de un oomiceto (Phytophthora parasitica). Tenga en cuenta que el flagelo anterior tiene la apariencia de oropel, mientras que el flagelo posterior es suave. Derecha:imagen de cámara de alta velocidad que ilustra el movimiento flagelar al nadar y diagrama de zoospora. Crédito:Quang D. Tran, Eric Galiana, Philippe Thomen, Céline Cohen, François Orange, Fernando Peruani, Xavier Noblin
Los oomicetos, también conocidos como mohos de agua, son microorganismos patógenos que se asemejan a los hongos y son responsables de un grupo de enfermedades que afectan a varias especies de plantas. Para llegar a las plantas e infectarlas, las zoosporas, es decir, las esporas autopropulsadas, de los oomicetos nadan hacia su objetivo utilizando dos flagelos, uno opuesto al otro. En un estudio reciente dirigido por un investigador del CNRS, físicos y biólogos trabajaron juntos para medir con precisión el movimiento de cada flagelo mientras una zoospora sigue una trayectoria lineal y cuando gira. Utilizaron estos datos para desarrollar un modelo teórico.
Sus hallazgos, publicados en eLife , revelan que para que la zoospora gire, su flagelo anterior deja de batir sinusoidalmente, como lo hace cuando se desplaza en línea recta, y en su lugar adopta una braza de pecho. Esta es la primera vez que se describe el movimiento de tales organismos a escala microscópica.
Más allá de las cuestiones biofísicas fundamentales que plantea la naturaleza de su movimiento, las zoosporas representan un nuevo modelo de "micronadadores" distintos de las algas y las bacterias, lo que sugiere nuevas vías de investigación en física. A través de estos hallazgos, ahora entendemos cómo se mueven las zoosporas de oomicetos, pero aún nos falta saber cuándo y por qué cambian de dirección durante su movimiento. En el futuro, a los investigadores les gustaría estudiar las interacciones entre las zoosporas y las raíces que infectan, para identificar los procesos químicos que atraen a estos microorganismos patógenos.