Los perros más grandes tienden a tener tasas metabólicas más rápidas que los perros más pequeños. Esto significa que queman energía más rápidamente, lo que puede llevar a una vida útil más corta. Las razas pequeñas, por otro lado, tienen metabolismos más lentos y, como resultado, pueden vivir más tiempo.
2. Susceptibilidad a las enfermedades
Las razas de perros más grandes son más propensas a ciertas enfermedades y condiciones de salud que pueden contribuir a una esperanza de vida más corta. Estas condiciones pueden incluir:
- Displasia de cadera:una afección en la que la articulación de la cadera no se desarrolla adecuadamente, lo que puede provocar cojera y dolor.
- Displasia del codo:una afección en la que la articulación del codo no se desarrolla adecuadamente, lo que también puede provocar cojera y dolor.
- Osteosarcoma:un tipo de cáncer de huesos que es más común en razas más grandes.
- Hinchazón:una condición en la que el estómago se tuerce, lo que puede poner en peligro la vida.
3. Diferencias en el estilo de vida
Las razas de perros más grandes pueden tener más probabilidades de participar en actividades que puedan ponerlos en riesgo de sufrir lesiones o la muerte. Por ejemplo, los perros más grandes tienen más probabilidades de ser atropellados por automóviles, pelearse con otros perros y caer desde alturas.
4. Factores genéticos
Algunas razas de perros simplemente han sido criadas para vivir una vida más corta que otras. Esto puede deberse a factores genéticos, como el tamaño del cuerpo del perro o el tipo de pelaje que tiene.
5. Factores ambientales
El entorno en el que vive un perro también puede influir en su vida. Los perros que están expuestos a la contaminación, el humo u otros peligros ambientales pueden tener una esperanza de vida más corta que aquellos que viven en un ambiente limpio y saludable.