Variación antigénica: Algunos virus, como la gripe, sufren cambios rápidos en sus proteínas de superficie, en particular la hemaglutinina y la neuraminidasa. Esta variación constante de antígenos permite que el virus evada la inmunidad preexistente y el reconocimiento por parte de las células T de memoria.
Mimetismo molecular: Ciertos virus producen proteínas que se parecen a las proteínas del huésped. Esta similitud confunde al sistema inmunológico, impidiéndole distinguir entre moléculas propias y ajenas. El mimetismo molecular puede provocar respuestas autoinmunes y obstaculizar la capacidad del sistema inmunológico para atacar eficazmente las células infectadas.
Regulación a la baja de las moléculas MHC Clase I: Muchos virus tienen mecanismos para reducir o suprimir por completo la expresión de moléculas MHC de clase I en las superficies de las células infectadas. Las moléculas del MHC de clase I son cruciales para presentar antígenos virales a las células T citotóxicas, lo que perjudica el reconocimiento y la destrucción de las células infectadas por parte del sistema inmunológico.
Interferir con la señalización del interferón: Los interferones son proteínas de señalización liberadas por las células infectadas para alertar a las células vecinas e iniciar respuestas antivirales. Algunos virus producen proteínas que interfieren con las vías de señalización del interferón, impidiendo la inducción de defensas antivirales y permitiendo que el virus se propague.
Inhibición de la apoptosis: La apoptosis, o muerte celular programada, es un mecanismo celular natural para eliminar células infectadas o dañadas. Ciertos virus codifican proteínas que inhiben la apoptosis, asegurando su supervivencia dentro de las células huésped. Al evitar la autodestrucción, el virus gana más tiempo para replicarse y propagarse.
Proteínas supresoras: Algunos virus producen proteínas que suprimen directamente la función de las células inmunitarias, como las células T y las células asesinas naturales (NK). Estas proteínas virales pueden interferir con la señalización celular, la producción de citoquinas o las vías citotóxicas, debilitando la respuesta inmune general.
Explotación de los mecanismos regulatorios: Los virus pueden aprovechar los mecanismos inmunológicos reguladores, como los puntos de control inmunológico, para su beneficio. Expresan moléculas que interactúan con receptores de puntos de control inmunológico en las células T, lo que provoca el agotamiento de las células T y un deterioro funcional, lo que permite que el virus evada la vigilancia inmunológica.
Al emplear estas estrategias, los virus desafían el sistema inmunológico celular y establecen infecciones persistentes dentro de los organismos huéspedes. Comprender estos mecanismos de evasión es crucial para desarrollar terapias y vacunas antivirales eficaces que puedan combatir las infecciones virales y reforzar la respuesta inmune del huésped.