1. Sensores de gas :Las narices artificiales son dispositivos electrónicos equipados con una serie de sensores de gas que pueden detectar e identificar diversos compuestos volátiles (COV) emitidos por los alimentos durante el proceso de deterioro.
2. Especificidad :Cada tipo de deterioro de los alimentos está asociado con la liberación de COV específicos, como aminas, aldehídos, cetonas y ácidos orgánicos. Se pueden entrenar narices artificiales para reconocer estos patrones específicos de COV e identificar el tipo de deterioro de los alimentos en consecuencia.
3. Reconocimiento de patrones :Las narices artificiales utilizan algoritmos de reconocimiento de patrones para analizar los datos de COV recopilados por los sensores de gas. Estos algoritmos comparan los patrones de VOC detectados con una base de datos de patrones conocidos asociados con diferentes etapas de deterioro de los alimentos, lo que permite al dispositivo clasificar con precisión el nivel de frescura o deterioro de los alimentos.
4. Monitoreo en tiempo real :Las narices artificiales se pueden utilizar para monitorear en tiempo real la calidad y frescura de los alimentos. Se pueden integrar en sistemas de embalaje o almacenamiento para monitorear continuamente las emisiones de COV y alertar a los usuarios cuando se detecta deterioro, lo que permite una intervención oportuna para evitar el desperdicio de alimentos.
5. Portátil y no destructivo :Las narices artificiales suelen ser portátiles y no destructivas, lo que las hace adecuadas para la inspección de la calidad de los alimentos in situ en diversos entornos, incluidas instalaciones de procesamiento de alimentos, supermercados, restaurantes e incluso en el hogar.
En general, las narices artificiales ofrecen una forma rápida, no invasiva y rentable de detectar el deterioro de los alimentos y garantizar su seguridad y calidad.