1. Formación de Biopelículas:
Los cordones son componentes esenciales de las biopelículas, comunidades complejas de bacterias que se adhieren a las superficies. En el contexto de la tuberculosis, los cordones facilitan la formación de biopelículas en los pulmones, proporcionando un entorno protector para las bacterias. Las biopelículas actúan como barreras físicas, protegiendo *M. tuberculosis* a partir de antibióticos y células inmunitarias, lo que dificulta que el huésped elimine la infección.
2. Protección contra respuestas inmunes:
Los cordones bacterianos sirven como escudo protector contra el sistema inmunológico del huésped. La estructura del cordón evita que los fagocitos, como los macrófagos y los neutrófilos, fagociten y eliminen eficazmente las bacterias. Además, los cordones dificultan la penetración de moléculas antimicrobianas, como anticuerpos y proteínas del complemento, en la matriz de la biopelícula, impidiendo aún más la eliminación de bacterias.
3. Formación de granulomas:
Los cordones desempeñan un papel en la formación de granulomas, que son estructuras características de los tejidos infectados por tuberculosis. Los granulomas son agregados celulares organizados compuestos de células inmunes, incluidos macrófagos, linfocitos y células epitelioides, que rodean un núcleo central de bacterias. Los cordones sirven como nido para la formación de granulomas y contribuyen a la patología característica observada en las lesiones de tuberculosis.
4. Difusión y Transmisión:
Los cordones bacterianos facilitan la diseminación de *M. tuberculosis* dentro del huésped infectado y contribuyen a la transmisión de la enfermedad. Los cordones pueden romperse, liberando bacterias individuales o pequeños grupos que pueden propagarse a través de las vías respiratorias, el torrente sanguíneo o el sistema linfático a diferentes partes del cuerpo, lo que lleva al desarrollo de lesiones secundarias. Además, los cordones pueden ser expulsados del tracto respiratorio al toser o estornudar, lo que contribuye a la transmisión de la tuberculosis a otras personas.
5. Resistencia a los antibióticos:
Las bacterias dentro de los cordones exhiben una mayor resistencia a los agentes antimicrobianos en comparación con las bacterias planctónicas (bacterias suspendidas libremente). La naturaleza densa y protectora de la estructura del cordón limita la penetración de los antibióticos y dificulta su acceso a las bacterias. Esta susceptibilidad reducida a los antibióticos puede hacer que el tratamiento de la tuberculosis sea más desafiante y prolongado.
Dirigirse a los cordones bacterianos representa una estrategia terapéutica prometedora para combatir la tuberculosis. Interrumpir la formación del cordón, prevenir el desarrollo de biopelículas y mejorar la respuesta inmune del huésped contra los cordones podría mejorar los resultados del tratamiento y reducir el riesgo de transmisión. Se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos subyacentes a la formación del cordón umbilical y su papel en la patogénesis de la tuberculosis, allanando el camino para el desarrollo de nuevas intervenciones para combatir esta devastadora enfermedad.