1. Tamaño de cuerpo pequeño: Los pequeños mamíferos tenían una ventaja metabólica sobre los grandes dinosaurios. Requerían menos alimentos y podían sobrevivir con recursos limitados, lo que los hacía más adaptables a las condiciones ambientales cambiantes.
2. Comportamiento nocturno: Muchos pequeños mamíferos eran nocturnos, lo que les permitía evitar la competencia con los dinosaurios diurnos y reducir su vulnerabilidad a los depredadores.
3. Excavaciones y construcción de refugios: Los pequeños mamíferos eran expertos en excavar y construir hábitats protegidos, proporcionándoles protección contra el clima cambiante, las temperaturas extremas y los depredadores.
4. Hibernación y letargo: Algunos mamíferos desarrollaron la capacidad de hibernar o entrar en letargo, reduciendo sus necesidades de energía durante períodos difíciles de escasez de alimentos.
Versatilidad e innovación dietética:
1. Dietas omnívoras e insectívoras: Muchos mamíferos eran omnívoros o insectívoros, lo que les daba una gama más amplia de fuentes de alimento que los dinosaurios herbívoros. Esta flexibilidad les ayudó a adaptarse a los recursos alimentarios cambiantes.
2. Consumo de frutas y semillas: Los mamíferos más pequeños consumían frutos y semillas, que desempeñaron un papel vital en la dispersión de semillas y la regeneración de las poblaciones de plantas después de la extinción.
Plasticidad evolutiva y rápida diversificación:
1. Tasas reproductivas rápidas: Los tiempos generacionales relativamente cortos de los mamíferos permitieron una rápida evolución y adaptación a entornos cambiantes.
2. Diversas adaptaciones dentales: Los mamíferos desarrollaron dientes especializados para diversas dietas, desde la herbivoría hasta la carnívora, lo que ayudó a su diversificación ecológica.
3. Glándulas mamarias y cuidado parental: La presencia de glándulas mamarias y el comportamiento de crianza proporcionaron importantes beneficios de supervivencia para las crías de mamíferos en condiciones difíciles.
Relaciones Coevolutivas y Mutualismo:
1. Polinizadores y dispersores de semillas: Algunos mamíferos formaron relaciones simbióticas con las plantas como polinizadores y dispersores de semillas. Estas asociaciones mutuamente beneficiosas contribuyeron a la recuperación de las plantas y la estabilidad del ecosistema.
2. Comensalismo y Parasitismo: Los mamíferos establecieron relaciones comensales y parásitas con otros organismos, lo que les permitió ocupar diversos nichos y explotar recursos sin explotar.
Resiliencia ecológica:
1. Poblaciones resilientes: La capacidad de los mamíferos para reproducirse rápidamente y llenar nichos vacíos contribuyó a su resiliencia como grupo, permitiéndoles recuperarse después de la extinción masiva.
2. Adaptaciones de comportamiento: Los comportamientos sociales, como la formación de manadas y la cooperación, pueden haber proporcionado ventajas de supervivencia adicionales a ciertas especies de mamíferos.
3. Resiliencia del hábitat: Los hábitos de excavación y construcción de refugios de algunos mamíferos crearon hábitats de refugio que sustentaron a otros organismos durante las desafiantes condiciones ambientales del límite K/T.
Papel del azar y la geografía:
1. Refugios: La existencia de refugios, como ecosistemas aislados, puede haber proporcionado refugio a las poblaciones de mamíferos que se vieron menos afectadas por el evento de extinción.
2. Distribución geográfica: Los mamíferos fueron ampliando su área de distribución geográfica durante el Cretácico Superior. Su presencia en diversas regiones puede haber aumentado sus posibilidades de supervivencia cuando ciertas áreas se vieron afectadas por el impacto K/T.
3. Patrón de extinción de bajo impacto: La extinción K/T afectó a algunos grupos de dinosaurios más gravemente que a otros. Los mamíferos que compartían nichos ecológicos similares con especies de dinosaurios menos afectados pueden haber enfrentado menos competencia después de la extinción.