La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) es responsable de garantizar la seguridad de los animales genéticamente modificados, incluido el pescado, antes de que se les permita ingresar al mercado para el consumo humano. En 2015, la FDA aprobó la comercialización y venta del salmón AquAdvantage, concluyendo que el pescado era seguro para el consumo humano y no presentaba ningún riesgo ambiental significativo.
Según la FDA, el salmón AquAdvantage se produce mediante una técnica de modificación genética específica, conocida como transgénesis de la hormona del crecimiento. Esta técnica consiste en introducir un gen del salmón Chinook en el genoma del salmón del Atlántico. El gen del salmón Chinook codifica una hormona del crecimiento que regula la tasa de crecimiento del pez. Como resultado, el salmón AquAdvantage puede crecer más rápido y alcanzar el tamaño del mercado en menos tiempo en comparación con el salmón del Atlántico convencional.
Como ocurre con cualquier producto alimenticio nuevo, la introducción de pescado genéticamente modificado ha provocado discusiones y debates sobre seguridad, impacto ambiental y consideraciones éticas. Si bien algunas personas y organizaciones han expresado su preocupación sobre los riesgos potenciales asociados con los organismos genéticamente modificados, la FDA y otros organismos reguladores han evaluado los datos disponibles y han llegado a la conclusión de que el salmón AquAdvantage cumple con todos los estándares de seguridad para el consumo humano.
Es importante señalar que el término "Frankenfish" a menudo tiene connotaciones negativas e implica una sensación de artificialidad o antinaturalidad. Sin embargo, agencias reguladoras como la FDA han evaluado la seguridad y los riesgos potenciales del salmón AquAdvantage y han determinado que no presenta ningún riesgo significativo. En última instancia, la decisión de comprar y consumir salmón AquAdvantage es una cuestión de elección y perspectiva personal.