El equipo descubrió que las células mamarias se autoorganizan en estructuras llamadas acinos, grupos de células similares a uvas que son los componentes básicos del tejido mamario. Observaron que las células de estas estructuras siguen reglas específicas, posicionándose de manera que maximicen la eficiencia del tejido en su conjunto. Por ejemplo, las células del centro de los acinos son más activas metabólicamente y se dividen más rápidamente, mientras que las del exterior forman una barrera protectora.
Al comprender los mecanismos precisos mediante los cuales las células mamarias se organizan en tejido, los científicos esperan aprender más sobre cómo se desarrolla y propaga el cáncer de mama. Este conocimiento podría conducir a nuevas formas de detectar y tratar el cáncer de mama en etapas más tempranas y a desarrollar terapias más efectivas.
"Nuestro estudio proporciona una nueva comprensión de cómo se forma el tejido mamario", afirma la profesora Clare Isacke, que dirigió el equipo de investigación. "Este conocimiento es esencial para comprender cómo se desarrolla el cáncer de mama y cómo podemos atacarlo de forma más eficaz".
El estudio fue publicado en la revista Nature Communications.