Los granos de polen son gametofitos masculinos (las células sexuales masculinas) de las plantas con semillas. Cuando los granos de polen caen sobre el estigma femenino, forman un tubo polínico que transporta los espermatozoides para la fertilización de los óvulos.
En la mayoría de las plantas con flores, los granos de polen son tricelulares y constan de dos espermatozoides y una célula vegetativa. La célula vegetativa es responsable del crecimiento del tubo polínico. Por el contrario, las gimnospermas, o plantas con semillas sin flores (por ejemplo, pinos y cícadas), producen granos de polen que suelen ser multicelulares y a menudo se dispersan por el viento.
Durante muchos años ha sido un tema de debate cuándo apareció en el registro fósil el polen tricelular típico de la mayoría de las angiospermas (plantas con flores) y cómo esto se relaciona con la evolución de la doble fertilización. Hasta ahora, la evidencia fósil más antigua de polen tricelular inequívoco databa del período Jurásico, hace unos 144 millones de años. Pero aún no está claro cómo se relaciona esto con la evolución de la doble fertilización, ya que los fósiles más antiguos de semillas de angiospermas son sólo un poco más jóvenes, alrededor de 140 millones de años.
El equipo dirigido por el Dr. Ken'ichi Nishida, profesor de la Escuela de Graduados en Ciencias de la Universidad de la ciudad de Osaka, estudió granos de polen fósiles del este de Asia y Australia. El grano de polen bicelular fósil más antiguo que encontraron los investigadores data del período Jurásico tardío (hace unos 149 millones de años). Según este hallazgo, es probable que el polen bicelular se haya originado hace al menos 149 millones de años. "Esto significa que la evolución del polen bicelular precedió a la del polen tricelular en aproximadamente cinco millones de años", afirma el profesor Nishida. "De esto podemos deducir que el antepasado de las plantas con flores produjo por primera vez polen bicelular".
Los investigadores sugieren que la evolución del polen con un número reducido de células puede haber sido un factor clave en la diversificación y el éxito ecológico de las plantas con flores. "Reducir el número de células habría acelerado el desarrollo del polen, permitiendo a las plantas reproducirse más rápido", explica el Dr. Nishida. "A su vez, se infiere que esta aceleración del ciclo de vida es una innovación clave para la posterior diversificación ecológica y el éxito de las angiospermas".