Un equipo de investigadores de biomecánica de la Universidad de California, Berkeley, ha descubierto cómo los insectos reparan sus huesos. Los hallazgos, publicados en la revista Nature, podrían tener implicaciones para la reparación y regeneración de los huesos humanos.
Los insectos tienen un sistema esquelético único compuesto por un exoesqueleto, que es una capa exterior dura, y un endoesqueleto, que es un esqueleto interior blando. El exoesqueleto está formado por un material llamado quitina, que también se encuentra en las paredes celulares de los hongos y en los caparazones de los crustáceos. El endoesqueleto está formado por un material llamado colágeno, que también se encuentra en los huesos humanos.
Cuando el hueso de un insecto resulta dañado, el cuerpo responde enviando un equipo de células especializadas llamadas hemocitos. Estas células producen un material llamado costra, que sella la herida y previene la infección. Luego, la costra se reemplaza gradualmente por tejido óseo nuevo.
Los investigadores descubrieron que los hemocitos son capaces de producir tejido óseo nuevo mediante la secreción de una proteína llamada BMP-2 (proteína morfogenética ósea-2). BMP-2 es un factor de crecimiento que estimula el crecimiento de nuevas células óseas.
Los investigadores creen que el descubrimiento de cómo los insectos reparan sus huesos podría tener implicaciones para la reparación y regeneración de los huesos humanos. BMP-2 ya se utiliza en algunos procedimientos de reparación ósea humana y los investigadores creen que podría usarse de manera más efectiva si entendiéramos mejor cómo funciona.
Los investigadores también creen que el estudio de la reparación ósea de insectos podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades óseas como la osteoporosis, que es una enfermedad en la que los huesos se vuelven débiles y quebradizos.
"Estamos entusiasmados con el potencial de esta investigación para conducir a nuevos tratamientos para las enfermedades óseas", afirmó el autor principal del estudio, el profesor Robert Full. "Creemos que al comprender cómo los insectos reparan sus huesos, podemos aprender nuevas formas de ayudar a los humanos a reparar sus huesos".