Ahora, investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han arrojado luz sobre cómo los parásitos de la malaria eluden la respuesta febril del huésped. Los investigadores informan en la revista Nature Communications que el parásito secuestra las defensas celulares de los glóbulos rojos para proteger sus propias proteínas de los efectos perjudiciales del calor excesivo.
"Nuestros hallazgos revelan el mecanismo molecular que subyace a la notable tolerancia de los parásitos de la malaria a la temperatura corporal del huésped", dijo el investigador principal Louis Miller, Ph.D., del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los NIH. "La estrategia desplegada por los parásitos de la malaria, que implica controlar el mecanismo de defensa proteico del huésped, representa un objetivo importante para el desarrollo de nuevas terapias para tratar la malaria".
La malaria falciparum es una enfermedad transmitida por mosquitos causada por el parásito protozoario Plasmodium falciparum. La Organización Mundial de la Salud estima que, en 2020, hubo aproximadamente 241 millones de nuevos casos de malaria y 627.000 muertes atribuibles a la enfermedad en todo el mundo. Las personas más comúnmente infectadas son los niños pequeños en el África subsahariana.
Dentro del cuerpo humano, el parásito existe en dos formas principales:en el hígado y en los glóbulos rojos. El parásito en etapa hepática no suele ser sensible a la temperatura corporal elevada. Sin embargo, la forma asexual del parásito que reside dentro de los glóbulos rojos (el parásito en etapa sanguínea) generalmente puede morir cuando la temperatura corporal aumenta por encima del rango normal de 36,5 a 37,5 grados Celsius (97,7 a 99,5 grados Fahrenheit).
En 2018, el Dr. Miller y sus colegas desarrollaron una prueba de diagnóstico rápido para identificar a las personas que tienen la variante de P. falciparum que exhibe una tolerancia inusualmente alta a las temperaturas febriles. En el presente estudio, los investigadores caracterizaron la base molecular de esta tolerancia térmica.
El equipo descubrió que los parásitos resistentes al calor tienen niveles elevados de una proteína chaperona llamada PfHsp70-x. La producción de esta proteína normalmente se reduce cuando la temperatura dentro de los glóbulos rojos supera los 37,5 C (99,5 F). Sin embargo, los investigadores descubrieron un mecanismo mediante el cual estos parásitos resistentes al calor garantizan la producción continua de la chaperona PfHsp70-x.
Los niveles elevados de PfHsp70-x protegen las proteínas del parásito contra el daño inducido por el calor, manteniendo a los parásitos vivos y replicándose incluso cuando la temperatura corporal aumenta. La capacidad de la chaperona para proteger las proteínas parásitas se basa en su interacción con una proteína de la célula huésped llamada Hsp90, un componente clave de la vía de respuesta de la célula al choque térmico.
"Los parásitos de la malaria han secuestrado el mecanismo de defensa celular del huésped para protegerse de los efectos dañinos de la fiebre", dijo el Dr. Miller. "Nuestros hallazgos revelan la coreografía molecular mediante la cual los parásitos explotan esta ruta de defensa, creando una oportunidad para que terapias innovadoras desarmen al acompañante y bloqueen el crecimiento del parásito".