El mundo literalmente se detuvo durante la pandemia de COVID-19. Pero mientras los países se encerraban para mantener a raya el coronavirus, los traficantes de vida silvestre continuaron con sus actividades ilegales. Las académicas en criminología y gobernanza del riesgo global Annette Hübschle y Meredith Gore estudiaron los métodos de los traficantes y comparten lecciones de su resiliencia.
Muchos traficantes de vida silvestre adaptaron sus operaciones. De vuelos comerciales y de carga principalmente aéreos, pasaron al transporte a pie, en bicicleta, en motocicletas y, en algunos casos, en vehículos gubernamentales.
Nos enteramos de algunos casos en los que utilizaron coches fúnebres y ataúdes de víctimas de COVID-19, explotando la fachada de eventos funerarios para transportar y distribuir productos ilegales de vida silvestre, como marfil y cuernos de rinoceronte.
También cambiaron sus actividades en línea. Crearon nuevos mercados digitales que permitieron interacciones directas con los compradores. Las plataformas en línea ayudaron a los traficantes de vida silvestre a evitar intermediarios.
Finalmente, escuchamos múltiples informes sobre almacenamiento de productos que luego trasladaron rápidamente una vez que se levantaron las restricciones.
Su adaptabilidad fue notable. Innovaron diversificando los métodos y rutas de transporte. Para evadir la detección, utilizaron rutas menos monitoreadas. Y su rápida adopción de plataformas en línea les permitió llegar a una audiencia más amplia y realizar transacciones discretas a pesar de los bloqueos y las restricciones de viaje.
Acumular productos durante el confinamiento les permitió reanudar el comercio rápidamente cuando las condiciones mejoraron.
Muchas de nuestras ideas provienen de la revisión de estudios existentes sobre resiliencia y mercados ilegales, y de la realización de extensas investigaciones de campo. Realizamos estudios de caso detallados en Sudáfrica, Tanzania y Zambia. Nos centramos en cómo las respuestas a la pandemia afectaron a las personas que operan en el comercio ilegal de vida silvestre.
Nuestros métodos incluyeron entrevistas con personas directamente involucradas en el comercio y miembros de la comunidad local. También hablamos con agentes del orden y trabajadores de ONG. Empleamos mapeo participativo para comprender las rutas y métodos comerciales, analizamos documentos y recopilamos datos estadísticos.
Proporcionan conocimientos más profundos sobre cómo operan las personas en las economías ilegales. Al examinar cómo los mercados ilegales se adaptaron a los desafíos del bloqueo de COVID-19, podemos aprender cómo mejorar la resiliencia de las economías legales. Esto puede ayudar a los formuladores de políticas a desarrollar estrategias más efectivas para gestionar los desafíos ambientales, sociales y económicos.
Nuestra investigación enfatiza la importancia de considerar diversas perspectivas y fuentes no convencionales de resiliencia al abordar problemas ambientales complejos.
Uno de los aspectos más críticos de nuestra investigación es la expansión del marco de Fricciones y Flujos. Originalmente lo diseñamos para analizar la dinámica del comercio ilegal de vida silvestre. Se basó en investigaciones sobre flujos ilegales de cuernos de rinoceronte. Ahora ha evolucionado para adoptar una perspectiva más amplia, ayudándonos a comprender el comercio de vida silvestre tanto legal como ilegal.
Al observar cómo estos mercados se adaptan, innovan y continúan, obtenemos información sobre los mecanismos subyacentes. Estos pueden aplicarse para mejorar la resiliencia de las economías legales que enfrentan desafíos globales. Por ejemplo, el marco podría ayudar a las economías legales a hacer frente a otras crisis, como fenómenos meteorológicos extremos o el aumento del nivel del mar.
El marco permite identificar puntos débiles específicos. Un ejemplo serían las interrupciones de la cadena de suministro durante huracanes o inundaciones. Entonces es posible idear estrategias para gestionar el problema. Eso podría implicar, por ejemplo, diversificar las fuentes de suministro o mejorar las redes logísticas para mantener los flujos comerciales.
Este cambio de mentalidad proporciona una hoja de ruta a través de impactos inmediatos y puede ayudar a prepararse para desafíos a largo plazo.
La forma en que los traficantes se adaptaron durante la pandemia resalta los desafíos que enfrentan las agencias reguladoras y de aplicación de la ley para desbaratar el tráfico de vida silvestre. El enfoque hacia estos desafíos debe combinar:
respuestas de toda la sociedad (diversas partes interesadas)
cooperación internacional reforzada
Las estrategias también deben considerar los impactos más amplios del tráfico de vida silvestre, como socavar las inversiones en desarrollo sostenible. Esto es particularmente cierto para los miembros vulnerables de la sociedad (como mujeres y jóvenes), las comunidades locales y los pueblos indígenas que a menudo se ven gravemente afectados por las crisis pero que han desarrollado complejos mecanismos para afrontarlas.
Los esfuerzos para detener el tráfico de vida silvestre deben considerar los vínculos entre la conservación ambiental, la salud pública y los factores socioeconómicos. Al reconocer las conexiones entre los mercados legales e ilegales y al integrar políticas sanitarias, ambientales y sociales, los países pueden desarrollar sistemas más sólidos para proteger la vida silvestre y apoyar a las comunidades contra futuras crisis.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.