Una estrategia simple y sólida desarrollada por los científicos de KAUST podría ayudar a mejorar la seguridad y precisión de la edición de genes CRISPR, una herramienta que ya está aprobada para uso clínico en el tratamiento de trastornos sanguíneos hereditarios.
Este enfoque aborda un problema crítico con la tecnología CRISPR:el acto de cortar el genoma en puntos específicos y luego volver a unirlo, lo que inherentemente corre el riesgo de dañar el ADN de una manera que podría causar alteraciones impredecibles y a gran escala.
Con la esperanza de mitigar este problema, un equipo dirigido por Mo Li, biólogo de células madre de KAUST, investigó las vías de reparación del ADN que conducen a grandes deleciones genómicas después de la edición CRISPR en células madre humanas. El estudio se publica en la revista BMC Biology. .
Su análisis los llevó a un proceso conocido como unión de extremos mediada por microhomología (MMEJ), un mecanismo propenso a errores que, aunque es capaz de reparar roturas en el ADN, a menudo deja grandes eliminaciones a su paso.
Los investigadores interrogaron varios genes implicados en este proceso MMEJ y encontraron dos que desempeñaron papeles centrales, pero opuestos, en estos eventos de eliminación no deseados.
Un gen, llamado POLQ, resultó exacerbar el riesgo de grandes eliminaciones después de la edición CRISPR. El otro, llamado RPA, surgió como un guardián genómico con efectos protectores.
Más información: Baolei Yuan et al, La modulación de la vía de unión de extremos mediada por microhomología suprime las deleciones grandes y mejora la reparación dirigida por homología después de roturas del ADN inducidas por CRISPR-Cas9, BMC Biology (2024). DOI:10.1186/s12915-024-01896-z
Información de la revista: Biología de BMC
Proporcionado por la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah