* temporadas: La evidencia más obvia es el cambio de estaciones. La inclinación del eje de la Tierra significa que diferentes partes del planeta reciben cantidades variables de luz solar durante todo el año. Cuando el hemisferio norte está inclinado hacia el sol, experimenta el verano, mientras que el hemisferio sur experimenta el invierno. Lo contrario ocurre seis meses después.
* el camino del sol: El camino del sol a través del cielo cambia durante todo el año. En el verano, el sol se eleva más alto en el cielo y permanece allí por más tiempo, lo que lleva a días más largos. En invierno, el sol se eleva en el cielo y permanece allí durante períodos más cortos, lo que resulta en días más cortos. Esta variación en el camino del sol es un resultado directo de la inclinación de la Tierra.
* Longitud del día y la noche: La duración del día y la noche también varían durante todo el año debido a la inclinación de la tierra. En los solsticios (verano e invierno), la diferencia entre día y noche es la más extrema. En los equinoccios (primavera y otoño), la duración del día y la noche son casi iguales.
* Sombra de la Tierra: La sombra de la tierra lanzada en la luna durante un eclipse lunar siempre es elíptico, a pesar de que la tierra es casi esférica. Esta forma elíptica es un resultado directo de la inclinación de la Tierra.
* Observaciones desde el espacio: Los satélites y la nave espacial han proporcionado evidencia visual clara de la inclinación de la tierra. Las imágenes del espacio muestran el eje de la Tierra inclinado en relación con su plano orbital.
* Cálculos matemáticos: La inclinación de la Tierra se puede calcular utilizando observaciones astronómicas y las leyes de movimiento planetario de Kepler. Estos cálculos confirman el ángulo de inclinación y su impacto en las estaciones.
En resumen, la inclinación de la Tierra es responsable de muchos fenómenos observables, incluidas las estaciones, el camino del sol a través del cielo, la duración variable del día y la noche, y la forma de la sombra de la tierra durante un eclipse lunar. Estas observaciones y cálculos proporcionan evidencia abrumadora de que el eje de la Tierra está inclinado en relación con su órbita alrededor del sol.