* Refracción atmosférica: A medida que la luz del sol entra en la atmósfera de la Tierra, se dobla debido a las diferentes densidades del aire en varias altitudes. Esta flexión hace que el sol parezca un poco más alto en el cielo de lo que realmente es, especialmente cerca del horizonte. Este efecto es más pronunciado al amanecer y al atardecer cuando el sol está bajo en el cielo.
* Perspectiva: Cuando el sol está cerca del horizonte, parece más grande porque nuestros cerebros lo comparan con objetos en el suelo. Estos objetos proporcionan un punto de referencia, haciendo que el sol parezca más grande en relación con ellos.
* Dispersión atmosférica: La dispersión de la luz solar por partículas en la atmósfera puede hacer que el sol parezca ligeramente más grande y menos agudo.
* Ilusiones ópticas: Nuestros cerebros también juegan un papel en cómo percibimos el tamaño del sol. Cuando el sol está bajo en el cielo, puede parecer alargado o aplanado, contribuyendo aún más a la ilusión de un tamaño más grande.
En realidad, el tamaño del sol permanece constante. Los cambios aparentes en su tamaño se deben a estos factores atmosféricos y perceptivos.