1. Asteroides y cometas: Estas son la fuente de los escombros rocosos o helados que eventualmente se convierten en meteoritos. Son restos del sistema solar temprano y pueden variar en tamaño, desde pequeños guijarros hasta enormes montañas.
2. La atmósfera de la Tierra: A medida que estos objetos de escombros entran en la atmósfera de la Tierra, se queman debido a la fricción, creando las rayas brillantes que llamamos meteoros. Si una pieza sobrevive al ardiente descenso y llega al suelo, se llama meteorito.
Entonces, aunque los asteroides y los cometas son el material fuente, es la interacción con la atmósfera de la Tierra la que los transforma en meteoritos.