La corona está formada por plasma extremadamente caliente, que es un gas que se ha calentado a una temperatura tan alta que sus electrones han sido despojados de sus átomos. El plasma de la corona está tan caliente que emite rayos X y radiación ultravioleta, pero no emite mucha luz visible. Por eso la corona suele ser invisible a simple vista.
Durante un eclipse solar total, la Luna bloquea la fotosfera y permite ver la corona. La corona aparece como un halo de luz blanca o plateada alrededor del Sol. La corona normalmente sólo es visible durante unos minutos durante un eclipse solar total.