Sin embargo, Marte no está completamente desprovisto de actividad. Experimenta eventos geológicos limitados, como temblores sísmicos ocasionales y avalanchas. Además, la presencia de hielo de agua cerca de los polos y la evidencia pasada de agua fluyendo en la superficie sugiere la posibilidad de una actividad localizada impulsada por factores externos como los cambios de temperatura.
También se cree que Marte tuvo un pasado geológico mucho más activo. La evidencia de antiguos valles fluviales, volcanes y formaciones geológicas indica que Marte pudo haber tenido un ambiente más cálido y húmedo hace miles de millones de años, lo que permite la posibilidad de habitabilidad en el pasado.
Si bien Marte puede no estar geológicamente vivo de la misma manera que la Tierra, sí muestra casos aislados de actividad que apuntan a su pasado dinámico y al potencial de entornos localizados que podrían haber sustentado vida en el pasado distante.