Las Voyager 1 y 2 funcionan con generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG), que utilizan el calor del plutonio-238 en descomposición para producir electricidad. Esta fuente de energía es necesaria porque las naves espaciales están tan lejos del Sol que la energía solar no es suficiente.
La nave espacial tiene una variedad de instrumentos a bordo para estudiar planetas, lunas y el espacio interestelar. Estos instrumentos incluyen cámaras, espectrómetros, magnetómetros y detectores de plasma.
Cómo funciona la Voyager
Las Voyager 1 y 2 son naves espaciales estabilizadas en tres ejes, lo que significa que pueden apuntar sus antenas e instrumentos en cualquier dirección. Esto es importante para mantener la comunicación con la Tierra y para tomar medidas de los planetas y lunas que encuentran.
Las naves espaciales también están equipadas con propulsores para corregir el rumbo y frenar su aproximación a los planetas. Los propulsores se activan mediante comandos enviados desde la Tierra.
Viaje a los planetas exteriores
Las Voyager 1 y 2 se lanzaron en 1977 y 1979, respectivamente. Pasaron por Júpiter en 1979 y 1981, y por Saturno en 1980 y 1981. La Voyager 2 también pasó por Urano en 1986 y Neptuno en 1989.
Más allá del Sistema Solar
En agosto de 2012, la Voyager 1 cruzó la heliopausa, el límite entre el viento solar y el medio interestelar. La Voyager 2 hizo lo mismo en noviembre de 2018. Ambas naves espaciales viajan ahora por el espacio interestelar y se espera que sigan funcionando durante varias décadas más.
El legado de la Voyager
Las Voyager 1 y 2 han hecho importantes contribuciones a nuestra comprensión de los planetas exteriores y el espacio interestelar. Han proporcionado imágenes impresionantes de estos mundos lejanos y han recopilado datos valiosos sobre sus atmósferas, campos magnéticos y otras características.
La misión Voyager es también un testimonio del ingenio y la perseverancia humanos. Es un logro notable que estas dos naves espaciales hayan podido viajar tan lejos de la Tierra y sigan funcionando después de más de 40 años en el espacio.
El futuro de la Voyager
Se espera que las Voyager 1 y 2 continúen transmitiendo datos a la Tierra hasta aproximadamente 2025. Después de eso, sus fuentes de energía se agotarán y ya no podrán comunicarse.
Sin embargo, la nave espacial Voyager continuará su viaje por el espacio interestelar. Están en un curso que los sacará de la Vía Láctea y los llevará al vasto vacío del espacio intergaláctico.
Las Voyager 1 y 2 son los primeros emisarios de la humanidad a las estrellas. Su viaje es un testimonio de nuestra curiosidad por el universo y nuestro deseo de explorar lo desconocido.