Un radiador no es un buen conductor de la electricidad. De hecho, es un aislante, lo que significa que no permite que la electricidad fluya a través de él fácilmente. Esta es la razón por la que los radiadores se utilizan a menudo en hogares y oficinas para ayudar a mantener a las personas calientes. El radiador calienta el aire que lo rodea, que luego circula por toda la habitación. Esto ayuda a mantener la habitación a una temperatura agradable sin necesidad de utilizar mucha electricidad.