Una esfera sólida, como una pelota de baloncesto o de bolos, entrará al agua con un ángulo de entrada bajo. La esfera desplaza el agua hacia abajo a medida que entra, lo que da como resultado una onda que se ondula hacia afuera desde el punto de impacto. La energía de la esfera se transfiere al agua mediante la formación de esta onda.
2. Esfera hueca
Una esfera hueca, como una pelota de playa o una pelota de plástico hueca, entrará al agua con un ángulo de entrada mayor en comparación con una esfera sólida. Al entrar al agua, la esfera hueca atrapará una bolsa de aire en su interior. Este aire atrapado actúa como un cojín, reduciendo la fuerza del impacto y evitando que la esfera se hunda.
3. Esfera con alta densidad
Una esfera de alta densidad, como una bola de metal, entrará al agua con el ángulo de entrada más alto. Tiene significativamente más masa en comparación con las esferas sólidas o huecas de tamaño similar. Cuando la bola de metal entra al agua, desplaza el agua con extrema fuerza, creando un chapoteo más fuerte y significativo en comparación con las otras esferas.
4. Esfera con superficie porosa
Una esfera con una superficie porosa, como una bola hecha de fieltro o tela, absorberá algo de agua al impactar. Esta absorción reduce la fuerza total del impacto y hace que la esfera se hunda lentamente.
5. Esfera con giro
Agregar giro a una esfera antes de entrar al agua afecta su comportamiento. Una esfera que gira crea una interacción compleja entre el agua y el objeto que gira. El efecto Magnus actúa sobre la esfera, provocando que se desvíe de su trayectoria original. La combinación de flotabilidad, gravedad y efecto Magnus determina la trayectoria final de la esfera y la velocidad de giro después de entrar al agua.