La detección continua de glucosa no invasiva en el horizonte con el desarrollo de un nuevo sensor óptico
Sensor de glucosa continuo infrarrojo TMOS en uso. Crédito:Universidad RMIT
Durante décadas, las personas con diabetes han dependido de pinchazos en los dedos para extraer sangre o de microagujas adhesivas para medir y controlar sus niveles de glucosa. Además de ser dolorosos, estos métodos pueden provocar picazón, inflamación e infección.
Los investigadores de TMOS, el Centro de Excelencia para Sistemas Metaópticos Transformadores del Consejo de Investigación de Australia, han dado un paso importante para eliminar esta incomodidad. Su equipo de la Universidad RMIT ha descubierto nuevos aspectos de la firma infrarroja de la glucosa y ha utilizado esta información para desarrollar un sensor óptico miniaturizado de sólo 5 mm de diámetro que algún día podría usarse para proporcionar un control continuo no invasivo de la glucosa en el control de la diabetes.
La detección de glucosa no invasiva ha sido un objetivo durante casi 30 años debido a sus implicaciones para la monitorización sin dolor. Se han informado técnicas ópticas de detección de glucosa; sin embargo, requieren instrumentación óptica compleja que normalmente se encuentra en los laboratorios, lo que los hace inadecuados para el uso habitual de los pacientes.
El principal desafío al que se enfrentan las pruebas ópticas de glucosa portátiles y asequibles ha sido la miniaturización y el filtrado de las señales de glucosa de los picos de absorción de agua en el espectro del infrarrojo cercano (NIR). Esencialmente, ha sido casi imposible diferenciar con precisión entre agua y glucosa en la sangre. Hasta ahora.
Más información: Mingjie Yang et al, Sensor óptico de glucosa miniaturizado que utiliza luz infrarroja cercana de 1600 a 1700 nm, Investigación de sensores avanzados (2024). DOI:10.1002/adsr.202300160
Proporcionado por el Centro de Excelencia ARC para Sistemas Metaópticos Transformadores