Actualmente, la ley estadounidense procesa la poligamia como un delito. Los polígamos pueden enfrentar cargos de bigamia, adulterio y abuso infantil, y pueden ser sentenciados a prisión o multas. Sin embargo, debido a que la poligamia se practica a menudo dentro de las comunidades religiosas, existen algunos desafíos legales para procesarla. Por ejemplo, la Primera Enmienda protege la libertad religiosa y algunas personas argumentan que la poligamia es una práctica religiosa que debería protegerse.
Además, algunos polígamos sostienen que sus relaciones son consensuales y que no dañan a nadie. Dicen que se les debería permitir vivir sus vidas como quieran, sin interferencia del gobierno.
El debate sobre la poligamia es complejo y existen muchas perspectivas diferentes al respecto. La legislación estadounidense ha adoptado sistemáticamente la posición de que la poligamia es ilegal, pero la cuestión sigue siendo controvertida y la cuestión de cómo abordarla sigue abierta.