En Estados Unidos, por ejemplo, ha habido una clara división entre demócratas y republicanos en cuanto a la reapertura de las escuelas. En general, los demócratas han apoyado más mantener las escuelas cerradas o retrasar su reapertura, mientras que los republicanos han sido más propensos a presionar para que las escuelas reabran lo antes posible.
Esta división se refleja en las políticas que han sido implementadas por diferentes estados. En los estados con gobernadores demócratas, es más probable que las escuelas permanezcan cerradas o tengan protocolos de seguridad más estrictos. En los estados con gobernadores republicanos, es más probable que las escuelas vuelvan a abrir para recibir instrucción en persona, incluso en áreas con altos niveles de transmisión comunitaria del virus.
La división política sobre este tema también es evidente en las encuestas de opinión pública. Una encuesta reciente del Pew Research Center encontró que el 55% de los demócratas cree que las escuelas deberían permanecer cerradas hasta que la pandemia esté bajo control, en comparación con sólo el 31% de los republicanos.
Hay varias razones para esta división. Un factor es que demócratas y republicanos tienen puntos de vista diferentes sobre los riesgos y beneficios de reabrir las escuelas. En general, los demócratas están más preocupados por los riesgos para la salud asociados con la reapertura de las escuelas, mientras que los republicanos están más preocupados por el impacto negativo del cierre de escuelas en la educación y el desarrollo social de los estudiantes.
Otro factor es que demócratas y republicanos tienen puntos de vista diferentes sobre el papel del gobierno en la educación. Los demócratas generalmente apoyan más la intervención gubernamental en la educación, mientras que los republicanos son más propensos a creer que la educación debería dejarse en manos del sector privado. Esta diferencia de opiniones ha llevado a diferentes enfoques para la reapertura de las escuelas:los demócratas son más propensos a apoyar los mandatos y regulaciones gubernamentales y los republicanos son más propensos a apoyar el control local y la elección de los padres.
La división política sobre la reapertura de escuelas es un tema complejo que no tiene respuestas fáciles. Hay preocupaciones legítimas en ambos lados del debate. La mejor manera de resolver este problema es a través del compromiso y la colaboración, con todas las partes interesadas trabajando juntas para encontrar una solución que sea lo mejor para los estudiantes.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de cómo el partidismo político ha afectado la escolarización presencial durante la pandemia:
* En Florida, el gobernador Ron DeSantis (R) ha criticado abiertamente el cierre de escuelas y ha presionado para que las escuelas reabran lo antes posible. También firmó una orden ejecutiva que prohíbe a las escuelas exigir a los estudiantes el uso de máscaras.
* En California, el gobernador Gavin Newsom (D) ha adoptado un enfoque más cauteloso a la hora de reabrir las escuelas. Ha establecido estrictos protocolos de seguridad para las escuelas que reabren, incluidos requisitos de máscaras, distanciamiento social y pruebas periódicas.
* En Michigan, la gobernadora Gretchen Whitmer (D) ha enfrentado críticas de ambos lados del pasillo por su manejo del cierre de escuelas. Ha sido criticada por los republicanos por mantener las escuelas cerradas durante demasiado tiempo y por los demócratas por no hacer lo suficiente para proteger a los estudiantes y al personal del virus.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el partidismo político ha afectado la escolarización presencial durante la pandemia. Es probable que el debate sobre la reapertura de las escuelas continúe hasta que la pandemia esté bajo control, y el resultado de este debate tendrá un impacto significativo en la educación de millones de estudiantes.