El gobierno australiano ha reconocido la necesidad de abordar los daños causados por el juego y ha tomado varias medidas para hacerlo, entre ellas:
* Establecer el Centro Australiano de Investigación del Juego para realizar investigaciones sobre las causas y consecuencias de los daños del juego.
* Desarrollar el Marco Nacional de Acción sobre Problemas con el Juego, que proporciona un marco integral para que los gobiernos, los operadores de juegos de azar y las organizaciones comunitarias trabajen juntos para reducir los daños del juego.
* Implementar una serie de medidas regulatorias para limitar la disponibilidad de juegos de azar y proteger a las personas vulnerables, como la prohibición de los préstamos de día de pago y las apuestas de crédito.
Sin embargo, se puede hacer más para abordar los daños del juego en Australia. Algunos de los desafíos clave incluyen:
* La fuerte influencia política de la industria del juego, que dificulta la implementación de regulaciones efectivas.
* La falta de concienciación sobre los daños del juego entre el público en general y los profesionales de la salud.
* El estigma asociado al juego, que puede impedir que las personas busquen ayuda.
A pesar de estos desafíos, existe un impulso creciente para tomar medidas para abordar los daños del juego en Australia. En 2018, el Comité Selecto del Senado australiano sobre daños en el juego publicó un informe que hacía 100 recomendaciones para reducir el daño causado por el juego. El Gobierno ha aceptado en principio 80 de estas recomendaciones y actualmente está trabajando para aplicarlas.
El gobierno australiano también está trabajando con otros países para abordar los daños causados por el juego. En 2018, Australia se unió a la Alianza Internacional para el Juego Responsable (IARG), una red global de gobiernos, reguladores y operadores de juegos de azar comprometidos con prevenir y reducir los daños del juego.
El gobierno australiano está tomando medidas importantes para abordar los daños causados por el juego, pero aún queda trabajo por hacer. Si continúa trabajando con la industria del juego, la comunidad y otros gobiernos, Australia puede reducir el daño causado por el juego y crear una comunidad más segura para todos.