2. Diferentes marcos de referencia. Los políticos suelen tener marcos de referencia diferentes a los de la gente corriente. Pueden estar más centrados en cuestiones nacionales o globales, mientras que la gente común y corriente está más preocupada por cuestiones locales que afectan su vida diaria.
3. Conveniencia política. Los políticos suelen estar más interesados en ganar elecciones que en representar los intereses de sus electores. Es posible que tomen decisiones basadas en lo que creen que les permitirá ser reelegidos, en lugar de lo que es mejor para la gente común y corriente.
4. Lobby e intereses especiales. Los políticos suelen estar influenciados por grupos de presión e intereses especiales. Estos grupos pueden tener sus propias agendas que no se alinean con los intereses de la gente común.
5. Tiempo y recursos limitados. Los políticos tienen tiempo y recursos limitados para satisfacer las necesidades de todos sus electores. Es posible que tengan que priorizar a ciertos grupos sobre otros, o descuidar algunas cuestiones por completo.
Como resultado de estos factores, a los políticos puede resultarles difícil comprender a los votantes comunes y corrientes. Esto puede dar lugar a políticas que no satisfagan las necesidades de la gente corriente y también puede dañar la confianza entre los políticos y el público.