El estudio analizó datos de detenciones de tráfico y registros realizados por las agencias policiales de Vermont entre 2015 y 2020. Los hallazgos mostraron que los conductores negros e hispanos son detenidos y registrados por la policía de manera desproporcionada en comparación con los conductores blancos, incluso después de controlar factores como infracciones de tránsito y ubicación.
Por ejemplo, el estudio encontró que los conductores negros tenían 3 veces más probabilidades de ser detenidos por la policía que los conductores blancos, mientras que los conductores hispanos tenían 1,5 veces más probabilidades de ser detenidos. Se observaron disparidades similares en las búsquedas de vehículos, siendo los conductores negros e hispanos más propensos a que se registraran sus vehículos que los conductores blancos.
Estas disparidades raciales persisten a pesar de los esfuerzos de Vermont para abordar los prejuicios raciales en la actuación policial. En 2020, la legislatura estatal aprobó un proyecto de ley histórico que reformó las prácticas policiales y exigió capacitación sobre prejuicios raciales para todos los agentes del orden. Sin embargo, el estudio sugiere que es posible que estas medidas no hayan tenido el impacto deseado, ya que las disparidades raciales siguieron siendo significativas incluso después de que se implementó la capacitación.
Los investigadores involucrados en el estudio sugieren que varios factores pueden contribuir a la existencia continua de prejuicios raciales entre los departamentos de policía de Vermont. Estos factores incluyen prejuicios implícitos de agentes individuales, prejuicios organizacionales dentro de los propios departamentos de policía y el contexto social e histórico más amplio de las relaciones raciales en el estado.
Los hallazgos del estudio resaltan la necesidad de esfuerzos continuos para abordar los prejuicios raciales en la actuación policial en Vermont. Los investigadores y formuladores de políticas recomiendan reformas e iniciativas adicionales, como una mejor recopilación y análisis de datos, medidas de rendición de cuentas fortalecidas y prácticas policiales basadas en la comunidad, para abordar de manera efectiva las causas profundas de los prejuicios raciales y garantizar la igualdad de trato ante la ley para todas las personas.