La tecnología de los bebederos de interior dio un salto adelante a principios del siglo XX gracias a Halsey W. Taylor, superintendente de planta de Packard Motor Company que notó que la disentería se propagaba entre su fuerza laboral. Taylor sospechaba que la culpa era del agua potable insalubre, que había provocado la muerte de su padre años antes. Taylor comenzó a trabajar en tecnología para proporcionar fuentes de agua potable más seguras. Taylor inventó la fuente de "doble burbujeador", que dispensaba dos chorros de agua en un arco, para que los bebedores no tuvieran que acercar la boca al grifo y entrar en contacto con microbios de bebedores anteriores, según Ohio. Centro de Historia. La marca que lleva su nombre hoy forma parte de Elkay, un fabricante líder de fuentes para beber.
"Sin duda, a medida que las ciudades se desarrollaron y la calidad del agua municipal mejoró, las fuentes de agua públicas fueron un signo tanto de progreso social como de equidad:todos tenían acceso a la misma calidad de agua", explica Gleick, quien creció bebiendo de fuentes en Nueva York. Escuelas públicas y parques infantiles de la ciudad de York.
Las fuentes de agua también han tenido un papel simbólico en la sociedad y han reflejado el cambio. En el sur de Estados Unidos, los bebederos exclusivos para blancos eran un recordatorio de que la segregación racial existía en la vida cotidiana, hasta que la Ley de Derechos Civiles de 1964 los declaró ilegales. Y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, promulgada en 1990, exige que cuando se proporcionen bebederos, estos tengan que ser accesibles tanto para personas en sillas de ruedas como para aquellas que puedan estar de pie. Ese requisito a menudo se cumple con una fuente alta y baja con dos alturas diferentes.