En el lejano oriente ocupado de Ucrania, las fuerzas rusas están apuntando oleadas de misiles contra objetivos civiles ucranianos. Cada uno de los sistemas de lanzamiento de misiles de última generación de Rusia cuesta más de 100 millones de dólares. Permiten a Rusia lanzar ataques desde posiciones seguras a muchos kilómetros detrás de las líneas del frente.
El lanzador de misiles tierra-aire S-300 está diseñado para evitar ser detectado. Sus ubicaciones son secretos celosamente guardados. Sin embargo, utilizando imágenes de satélite disponibles públicamente, hemos detectado signos reveladores del funcionamiento de estas armas que delatan su ubicación.
Este es sólo un ejemplo de por qué el uso estratégico y táctico de datos disponibles públicamente en Internet se ha convertido en una fuente de preocupación cada vez mayor para los militares. La llamada "inteligencia de código abierto" (u OSINT) se ha convertido en una de las principales prioridades de las agencias de inteligencia de todo el mundo.
A medida que más y más datos se digitalizan y se colocan en línea, la inteligencia de fuente abierta se ha convertido en una herramienta poderosa. Las plataformas de redes sociales, las imágenes satelitales y los datos filtrados pueden ser fuentes de información de inteligencia.
Hemos visto un uso significativo de inteligencia de fuente abierta a través de las redes sociales en el conflicto de Ucrania. Los movimientos de soldados y vehículos militares han sido ampliamente documentados. También han quedado expuestas las operaciones de información rusas que intentaban presentar falsamente a las fuerzas ucranianas como si tuvieran como objetivo a civiles.
La inteligencia de código abierto es una forma económica y eficiente para que los analistas informen la toma de decisiones. En un conflicto como la guerra entre Rusia y Ucrania, la inteligencia de fuente abierta puede actuar como multiplicador de fuerza.
En 2018, los investigadores descubrieron un uso inesperado del satélite Sentinel-1, un satélite científico de acceso público operado por la Agencia Espacial Europea. Podría revelar la ubicación de los sistemas de misiles tierra-aire Patriot de Estados Unidos. El Sentinel-1 capta las emisiones de radar del sistema de misiles, que se muestran como bandas de interferencia en las imágenes.
Los sistemas de misiles tierra-aire suelen estar diseñados para ser muy móviles, por lo que pueden desplegarse en cualquier lugar para sorprender a los enemigos. La inteligencia de código abierto significa que cualquier persona con una conexión a Internet ahora puede localizar estos activos.
Esto plantea nuevos desafíos para los líderes militares. Es posible que las estrategias y procesos que han desarrollado para proteger a civiles, soldados e infraestructura crítica (así como sus propias armas y otros activos) de drones, misiles o ataques terrestres dirigidos enemigos ya no sean efectivos.
Para Rusia y Ucrania, estos desafíos se desarrollan en tiempo real. Usamos Sentinel-1 para localizar sistemas de misiles tierra-aire rusos S-300 activos y móviles en el este de Ucrania, y si nosotros podemos encontrarlos, cualquier otra persona también puede hacerlo.
¿Cómo lo hicimos? Primero, analizamos múltiples fuentes de redes sociales en busca de ubicaciones confirmadas de los S-300. Luego vimos imágenes de Sentinel-1 de estas ubicaciones y aumentamos la sensibilidad para revelar interferencias de radar de los sistemas de misiles. Los patrones de interferencia muestran que la fuente del radar se encuentra a lo largo de una línea determinada.
La imagen de arriba muestra cómo funciona. Con una ubicación conocida, sólo tomó unos minutos adquirir la imagen y revelar la interferencia del radar. Esta imagen muestra un sistema S-300 del Óblast de Kherson, una región de Ucrania ocupada por Rusia, que fue neutralizado días después de que el satélite capturara la interferencia.
El S-300 es ampliamente considerado como la contraparte rusa del sistema Patriot estadounidense. En la guerra de Rusia contra Ucrania, tiene la tarea de defenderse contra misiles y aviones, pero recientemente se ha utilizado para atacar a civiles ucranianos.
Hasta la fecha, sólo se ha confirmado la destrucción de unos nueve lanzadores de misiles rusos S-300 durante el transcurso de la guerra. Esto ilustra lo raros y altamente protegidos que son, reservados para proteger los activos y regiones más vitales del ejército ruso.
El S-300 se exporta a Irán, China y muchas otras naciones. El de Rusia no es el único ejército que puede verse comprometido por la ubicación de los sistemas S-300 a través de imágenes públicas de satélite. Por supuesto, estos sistemas necesitan estar en funcionamiento para emitir interferencias.
Esto otorga ventajas a los combatientes no estatales y a los estados con ejércitos menos sofisticados. Estas fuerzas pueden localizar y potencialmente destruir activos valorados en cientos de millones de dólares con datos disponibles públicamente.
El ejército de Ucrania ha demostrado cuán eficientes pueden ser los drones de bajo costo para destruir costosos sistemas de defensa aérea. Los datos de fuente abierta, como las emisiones electrónicas recopiladas de los satélites científicos, ilustran cómo se pueden utilizar herramientas ordinarias e incluso inocuas para la guerra.
Las implicaciones éticas generales de la inteligencia de código abierto son mixtas. Los datos públicos pueden ser utilizados por actores no estatales malintencionados o grupos terroristas, por ejemplo.
Por otro lado, los analistas y periodistas pueden utilizar dichos procesos y métodos de recopilación y análisis de datos para investigar crímenes de guerra y abusos de los derechos humanos o crear informes más precisos de los acontecimientos. El Instituto para el Estudio de la Guerra, por ejemplo, ha empleado imágenes satelitales y documentación de redes sociales para demostrar la concentración militar de Rusia en las fronteras de Ucrania en 2021 y 2022, exponiendo así las intenciones rusas.
La inteligencia de fuente abierta y las habilidades críticas necesarias para examinar datos públicos se han vuelto cada vez más importantes para los militares y las organizaciones de inteligencia. Sin embargo, es probable que las plataformas de datos de código abierto, como las imágenes satelitales proporcionadas por la Agencia Espacial Europea, generen desafíos continuos para los militares.
¿Cómo responderá el mundo? Las instituciones, empresas, sitios gubernamentales y otros organismos pueden decidir cortar el flujo de datos públicos para reducir su impacto no intencional.
Esto también crearía desafíos. La censura de datos disponibles públicamente plantearía riesgos para la transparencia de la información y degradaría la confianza pública en las empresas e instituciones públicas. Eliminar el acceso público a la información significaría que las personas y organizaciones con menos dinero ya no podrían acceder a ella.
Proporcionado por The Conversation
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