Crédito:CC0 Public Domain
Las noticias falsas son otro nivel de manipulación de los medios más allá de la propaganda y se están volviendo cada vez más comunes gracias a las redes sociales y la conectividad ubicua. Investigadores en India, escribiendo en el Revista internacional de comunicación y medios avanzados sugieren que India necesita una evolución en la política para detener el flujo de noticias falsas.
Raj Kishore Patra del Departamento de Comunicación Masiva y Tecnología de Medios de la Universidad de Khallikote, en Berhampur, Odisha, y Arpita Saha de la Escuela de Comunicaciones Xavier de la Universidad Xavier, en Bhubaneswar, sugieren que el espíritu y la ética del periodismo se ven comprometidos por las noticias falsas y la percepción pública del lugar que ocupa el periodismo ético en la esfera de la información moderna. Los gigantes de las redes sociales parecen no tener la fuerza de una política para hacer frente a las noticias falsas y las autoridades reguladoras también están aparentemente debilitadas de alguna manera por la escala del problema. El equipo agrega que las políticas públicas frágiles e inadecuadas no pueden monitorear ni contrarrestar esta disfunción progresiva dentro de los medios.
El equipo ha examinado el origen de las noticias falsas, su aparición gradual y cómo el advenimiento de las redes sociales, que les dio a todos un lugar para expresar sus opiniones en público, las ha llevado a tal nivel que incluso los que están en el poder no solo las utilizan sin impunidad, sino que acusan sin cesar a sus oponentes de explotarlas en su detrimento. .
Las noticias falsas pueden confundir y engañar a los adultos, puede provocar interferencias culturales, polarización de opinión, obstrucción de la realidad, y el acoso de los medios de comunicación convencionales que se perciben no solo como proveedores de noticias falsas, sino que también están predispuestos en contra de aquellos que creen que las mentiras falsas y de venta ambulante creen que están más allá de esa confusión. La presencia y difusión de noticias falsas en las redes sociales y en otros lugares representa un revés para lo que de otro modo podríamos percibir como progreso humano. En muchos círculos hay poco deseo de imponer restricciones legales, lo que podría verse como restricciones a la libertad de expresión. Debemos esperar que la integridad periodística y la ética profesional prevalezcan y, en última instancia, anulen las voces de quienes venden y hacen eco de noticias falsas.