El término medio no consiste en mirar a la Tierra como una arruga en el tiempo porque no representa con precisión la relación real entre la Tierra y el tiempo. La Tierra no es simplemente una pequeña parte de una línea temporal más grande, sino más bien un sistema complejo que ha coevolucionado con la vida durante miles de millones de años. Sus características geológicas, su biodiversidad y los intrincados procesos que sustentan la vida no pueden simplificarse hasta convertirlos en una "arruga en el tiempo". Además, esta perspectiva pasa por alto la interdependencia del tiempo y los procesos dinámicos que dan forma a la Tierra, a medida que el tiempo mismo se desarrolla dentro y a través de estos procesos. Comprender la Tierra requiere un enfoque holístico que considere sus sistemas interconectados y reconozca que la Tierra y el tiempo están intrincadamente entrelazados.