El desierto de Atacama en Chile tiene el récord de ser el desierto más seco del mundo y algunas localidades prácticamente no reciben precipitaciones en siglos. A pesar de estas condiciones inhóspitas, algunas formas de vida perduran, como los líquenes y algunas plantas con flores que dependen completamente de la niebla, así como una variedad de otras especies de plantas y animales adaptadas al duro entorno desértico.