Si bien el clima no afecta directamente la altitud, la altitud sí tiene impactos significativos en el clima. A mayores altitudes, la temperatura del aire y la presión atmosférica generalmente disminuyen, lo que resulta en temperaturas más frías y una menor densidad del aire. Los patrones de precipitación también pueden cambiar con la altitud, a medida que las masas de aire ascendentes se enfrían y liberan humedad, lo que provoca variaciones en la formación de nubes, lluvia y nieve. La combinación de variaciones de temperatura, presión del aire y precipitación con la altitud da como resultado zonas climáticas distintas, lo que influye en los rangos de temperatura, la humedad, los tipos de vegetación y los ecosistemas en diferentes niveles de elevación.