1. Erosión :Los tornados pueden provocar vientos intensos que pueden levantar y arrastrar la tierra suelta, provocando erosión. Esto puede resultar en la formación de nuevos barrancos y canales, así como el desplazamiento de la capa superficial del suelo.
2. Fregar :Los fuertes vientos asociados con los tornados también pueden causar socavación, que es la remoción de material suelto de la superficie. Esto puede provocar la exposición del lecho rocoso u otras formaciones geológicas subyacentes.
3. Transporte :Los tornados pueden transportar objetos grandes, como árboles, edificios y vehículos, a distancias significativas. Este transporte puede redistribuir los sedimentos y alterar la topografía del área afectada por el tornado.
4. Licuefacción :En determinadas condiciones geológicas, como áreas con suelos sueltos y saturados, los tornados pueden inducir licuefacción. La licuefacción ocurre cuando el suelo pierde su fuerza y se comporta como un líquido, lo que provoca inestabilidad del suelo y posible colapso de las estructuras.
5. Cambios geoquímicos :Los tornados pueden levantar y mezclar materiales de diferentes partes del medio ambiente, como tierra, polvo y vegetación. Esta mezcla puede resultar en cambios geoquímicos en el área afectada.
6. Deslizamientos de tierra y derrumbes de pendientes :Los tornados pueden provocar deslizamientos de tierra y derrumbes de pendientes en áreas inestables, particularmente cuando ocurren en regiones montañosas o montañosas. Los fuertes vientos y los rápidos cambios en la presión del aire pueden alterar la estabilidad de las laderas y provocar eventos de desgaste masivo.
7. Dolinas :En áreas con cavernas subterráneas o materiales subsuperficiales débiles, los tornados pueden crear sumideros al generar fuertes fuerzas de succión. Estos sumideros pueden alterar el paisaje de la superficie y representar peligros para la infraestructura y los edificios.