La pérdida de presión de turgencia también puede provocar la caída de las hojas de una planta. Esto se debe a que las hojas se sustentan en la presión de turgencia de las células de los pecíolos (los tallos que conectan las hojas con el tallo). Cuando la presión de turgencia disminuye, los pecíolos se ablandan y las hojas caen.
El marchitamiento es la respuesta natural de una planta a la pérdida de agua. Es una forma que tiene la planta de conservar agua y evitar mayores daños a las células. Cuando una planta se marchita, cierra sus estomas (los poros de las hojas que permiten el intercambio de gases) y reduce la tasa de transpiración (la pérdida de vapor de agua de las hojas). Esto ayuda a ralentizar la tasa de pérdida de agua y permite que la planta se recupere.