Apariencia: Los humanos pueden sentirse atraídos por plantas que son visualmente atractivas, como aquellas con flores brillantes o follaje interesante.
Olor: Algunas plantas producen aromas agradables que pueden atraer a los humanos.
Toque: Algunas plantas tienen texturas suaves o tersas que la gente puede disfrutar tocando.
Comestibilidad: Algunas plantas producen frutos u hojas comestibles que los humanos pueden consumir.
Propiedades medicinales: Algunas plantas tienen propiedades medicinales que pueden hacerlas atractivas para los humanos.
Importancia cultural: Ciertas plantas pueden tener un significado cultural o religioso, lo que las hace más atractivas para ciertos grupos de personas.
Facilidad de cuidado: Algunas plantas son más fáciles de cuidar que otras, lo que puede hacerlas más atractivas para las personas que tienen tiempo o recursos limitados.
Disponibilidad: La disponibilidad de ciertas plantas también puede influir en cuáles seleccionan los humanos. Algunas plantas son más comunes en determinadas regiones o climas que en otras.