El proceso de apertura de los conos y liberación de semillas en los pinos a menudo se desencadena por condiciones específicas, como el calor de los incendios forestales o el estrés por sequía. Estas condiciones hacen que las escamas de los conos serotinosos se separen, permitiendo que las semillas sean dispersadas por el viento. Esta adaptación asegura que las semillas se liberen en un momento en el que existe una mayor probabilidad de germinación exitosa y establecimiento de plántulas, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia de la especie de pino.
Por lo tanto, si bien las piñas femeninas inicialmente permanecen cerradas después de la polinización, eventualmente se abren para liberar sus semillas a través de mecanismos específicos desencadenados por señales ambientales, en lugar de permanecer permanentemente en el árbol.