Los manantiales son lugares donde el agua subterránea resurge naturalmente en la superficie de la Tierra. Los manantiales, que a menudo surgen al pie de colinas o en la base de acantilados, surgen dondequiera que el nivel freático se encuentre con la superficie terrestre. El agua de los acuíferos subterráneos se mueve constantemente a través y entre capas de roca y suelo. A medida que el agua se filtra a través del suelo, se filtran partículas como bacterias, limo y otros contaminantes. Esto deja el agua que resurge en el manantial clara y pura. Debido a que el agua de manantial proviene de debajo del nivel freático, en gran medida no se ve afectada por contaminantes superficiales como contaminantes agrícolas e industriales, aguas residuales y otras formas de contaminación que afectan la mayoría de las fuentes de agua superficiales como lagos, ríos y arroyos.
A continuación te explicamos paso a paso el proceso:
1.Precipitación e Infiltración:
La lluvia o la nieve derretida se filtran en el suelo, un proceso conocido como infiltración.
2.Rocas porosas:
El suelo está compuesto por varias capas de roca y suelo. Algunas rocas, como la arenisca, la caliza y la grava, son muy porosas, lo que significa que tienen pequeños espacios o poros que permiten el paso del agua. Estas rocas actúan como filtros naturales.
3.Filtración:
A medida que el agua se filtra a través de estas rocas porosas, la gravedad la empuja hacia los acuíferos subterráneos. Durante este recorrido, el agua encuentra capas de arena, arcilla y grava que atrapan contaminantes y contaminantes, como tierra, metales pesados y bacterias. Los contaminantes quedan atrapados en estas capas, lo que permite que el agua se filtre de forma natural.
4.Renovación de la superficie en Springs:
Después de este proceso de filtración natural, el agua purificada resurge en los manantiales, donde emerge clara, limpia y fresca.
5.Fuentes protegidas:
Los manantiales suelen estar situados en zonas remotas y deshabitadas, lejos de actividades industriales y asentamientos humanos. Este aislamiento natural contribuye aún más a la pureza y seguridad del agua.
Por lo tanto, el agua de manantial se considera ampliamente limpia, pura y segura para beber debido a su proceso natural de filtración subterránea y su ubicación protegida.