Un nuevo estudio de los huesos de un antiguo embajador maya ha revelado una vida de privilegios y dificultades. El embajador, conocido como Ajaw K'inich, vivió en la ciudad de Tikal en lo que hoy es Guatemala alrededor del año 700 d.C.
Los huesos de Ajaw K'inich muestran signos de desnutrición y enfermedad, pero también de un alto estatus social. Probablemente era un miembro de la élite gobernante y es posible que incluso fuera miembro de la familia real.
El estudio, publicado en la revista "PLOS One", se basa en el análisis de los huesos de Ajaw K'inich, que fueron encontrados en una tumba en Tikal. Los huesos muestran que era un hombre alto, de unos 6 pies de altura. También tenía una constitución fuerte y musculosa, lo que sugiere que era físicamente activo.
Los huesos de Ajaw K'inich también muestran signos de varias enfermedades, entre ellas malaria, tuberculosis y sífilis. Estas enfermedades eran comunes en las tierras bajas mayas durante el período Clásico Tardío y a menudo causaban la muerte. Los huesos de Ajaw K'inich muestran que sobrevivió a estas enfermedades, lo que sugiere que tuvo acceso a una buena atención médica.
Además de signos de enfermedad, los huesos de Ajaw K'inich también muestran signos de un alto estatus social. Fue enterrado en una gran tumba, con una rica variedad de ajuar funerario. El ajuar funerario incluye cerámica, joyas de jade y un espejo de obsidiana. Estos objetos sugieren que Ajaw K'inich era un hombre rico y poderoso.
El estudio de los huesos de Ajaw K'inich permite vislumbrar la vida de un embajador maya durante el período Clásico Tardío. Fue un hombre privilegiado, pero también enfrentó muchos desafíos. Sobrevivió a varias enfermedades y vivió hasta una edad relativamente avanzada. Los huesos de Ajaw K'inich son un testimonio de la fuerza y la resistencia del pueblo maya.