Crédito:contiene datos de Copernicus Sentinel modificados (2017-18), procesado por la ESA, CC BY-SA 3.0 OIG
La misión Copernicus Sentinel-1 nos lleva sobre el estrecho de Bering, que conecta los océanos Pacífico y Ártico entre Rusia y el estado estadounidense de Alaska.
La imagen fue creada combinando tres escaneos de radar del 11 de diciembre de 2017, 23 de diciembre de 2017 y 4 de enero de 2018. A cada imagen se le ha asignado un color diferente:azul, rojo y verde, respectivamente. Esto crea una composición colorida que resalta cómo cambió el hielo marino durante las cuatro semanas.
Dado que el estrecho de Bering se encuentra ligeramente al sur del círculo polar, los días son cortos durante el invierno. Gracias a su radar, Sentinel-1 puede 'ver' a través de las nubes y en la oscuridad, haciéndolo especialmente valioso para monitorear partes del planeta que soportan meses de invierno relativamente oscuros. Ofreciendo esta 'visión de radar', Las imágenes de Sentinel-1 se pueden utilizar para trazar icebergs y para generar mapas de hielo marino para la navegación durante todo el año.
Adicionalmente, monitorear los cambios en la extensión del hielo marino es fundamental para comprender el efecto del cambio climático en nuestro medio ambiente.
Se ha informado de que el hielo marino en el estrecho de Bering ha sido particularmente bajo este invierno. Esto se debe a que desde el sur fluía agua inusualmente cálida, provocando que parte del hielo marino se derrita antes de lo habitual. Como resultado, las áreas que habrían permanecido cubiertas de hielo marino reflectante estuvieron abiertas durante mucho más tiempo. La superficie relativamente oscura del mar pudo absorber mucha energía del Sol, lo que evitó la formación de hielo marino en otoño. También, Las tormentas recientes han ayudado a romper gran parte del hielo marino que logró formarse.